De los primeros consejos que dan para mantener un blog es ser constantes. Así de simple. Es más fácil interesarse y suscribirse a un blog que mantiene su contenido fresco y actualizado. A comparación de uno que nunca se sabe y apenas da señales de vida. Peor aún, uno que ya está muerto y ni siquiera nos hemos dado cuenta.

En fin, por eso se debe el título de hoy, la relación de la cantidad de posts con la calidad de estos… y obviamente el tiempo que invertimos en ellos. Lo he contado varias veces, pero odio la excusa tan común de “no tengo tiempo”. ¡Todos tenemos tiempo! Lo que pasa, que es muy distinto, que la mayoría de veces gana el “no tengo ganas”, o nos interesamos más por otras cosas que puede que no sean las más importantes. Mantener un blog requiere estas dos: ganas y tiempo. Esto junto a un buen sistema, un buen horario de posts (semanal, mensual, o cómo les sirva) hace que este se mantenga alimentado y actualizado.

¿Por qué hablo de esto? Porque precisamente es esto mismo lo que me mantuve analizando desde hace varias semanas, específicamente sobre este blog. Decidí agregar esta sección a mi página personal con el fin de compartir lo que sé, lo que quiero aprender y lo que me encuentro en el camino, pero la verdad es que no lo he estado haciendo tan seguido como quisiera. Tal vez haya días donde ganó la cantidad de trabajo, y otros donde ganó la Chiqui Pau y las responsabilidades familiares, pero algo de lo que estoy segura es que no quiero dejar morir este blog porque me obliga a estar pendiente de lo que sucede en el mundo de UX y de mantenerme actualizada.

Es por ello que apartir de hoy cambiaré “la programación” a un post cada dos semanas. Tiempo suficiente para planificar, investigar y compartir sobre el tema. Como siempre he trabajado por medio de horarios, esto significa hacer un par de ajustes, sin embargo espero que esta nueva modalidad me permita seguir de una forma más fluida y constante los posts.

Ya habiendo dicho esto, los dejo aquí y los veo en dos semanas 😄